Me mancho con la tierra de tus suelas
Me vuelvo estúpido por el fin de tus gestos
Lasitud emanada en gritos
Pudor fluido en sordera
De pronto entra por todos los poros tu música
Como un manto sagrado
Como una premonición
Milagro multiplicador de placer
Mano invisiblemente sorda
Como una escuela de placer
Y es así
Cuando no puedes gritar sonríes
Y en esa sonrisa duerme tu estupidez
Macilenta, tergiversada pero al fin estupidez
De cuando en cuando me miras a los ojos
Esperas que te devuelva el gesto
Pero antes que el gesto vivía el pensamiento
Y me niego a que me quieras por un simple espasmo sexual
Ahora caminamos
Y trato de descifrar la historia en tus zapatos
Pero hasta ellos se turban de tu parsimonia
Y ni yo comprendo tanta lentitud
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