Dormiremos hasta que los perros ladren
En la mesa me esperará el café frío
Y me animará mientras se vacían mis ojos con los agudos vértices de tu cuerpo
Y tú levantas la copa de vino
Celebrando tu victoria
Y yo termino mi café
Alzo mi taza y te invito a quedarnos en este limbo
Limbo de los amores ridículos
Sin ojos con que mirarte
Te vuelves más liviana
Te elevas por los suelos
Y yo ciego
Te creo con los pies sobre la tierra
Ciego, sentado, ciego
Gozo, ciego, gozo
Vuelven a aullar los perros
Me hacen salir de mi vigilia
Detestándome por la flojera de escribir en ella
Temblando de miedo por las posibles imposibilidades
Amando nuestra conexión desconectada
Ciego
Pero te siento
Postrada en los vértices del cuarto de baño
Mordiendo mi mejor presa
Abriendo los caños
Entrando a la tina
Y como si nada pasara
Muero en tu mar rojo
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