Caminas por la orilla, cantas tu canción predilecta y cuentas tus monedas de otros planetas.
Te veo y te ruego que apagues la radio, sus acordes me torturan y tú música favorita me enferma.
Veo el mar y le ruego que me deje ahogar en sus aguas profundas.
Para él nunca aprendí a nadar.
Mojo mis pies en busca del suicidio y tu cielo se apaga.
Buscas en la arena húmeda tus monedas y maldices que alguien con M haya pensado en tí.
Tenía cita con la sabiduría en ese momento, se iba a vestir de negro para mí. Sin embargo, prefiero ayudarte a buscar.
Tenía planeado ahogarme en el agua pero ahora me hundo en la arena.
Coges mi mano y se deshace mi piel.
Tranquila, las encontré ya puedes mirar las estrellas.
De una forma u otra cuplí con la cita.
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