viernes, 9 de noviembre de 2007

Entradas pasadas

Hoy, de casualidad, después de una larga caminata intentando recordar una canción que solo he logrado tararear, he terminado viendo unas fotografías y en ellas, lo único que he notado ha sido mi reflejo, mis ropas, mi única y necia expresión en el rostro, mis cabellos, mejor amigo del viento, mi delgada silueta...
Y de pronto, viéndome, he recordado el sinsabor de nuestro encuentro por la tarde. He recordado uno a uno los silencios y nuestros gestos inexpresivos, repleto de poses tan fingidas que resultan tan naturales (al menos para ti). He recordado cada una de tus palabras, de tus frases cortadas, inventadas para evitar pensar en cualquier cosa dentro de las mil y una que hay, que no sea el pasado.
Y yo, sólo he echo eso: pensar en el pasado. Mudar mi piel y descrubir todos esas heridas que habías dejado, demaquillar mi rostro y descubrir que aún quedan rastros de ti que cada esquina de mi ovalada faz.
Qué difícil es fingir contigo, mentirte a ti, ponerme el disfraz de niña ingenua y seguir como si nada o como si todo pasara.
Hoy, por la noche, me maquillo de nuevo: sombras para esconder la tristeza, base para tapar los recuerdos y lapiz labial para desechar todo sabor tuyo en cada beso mío.

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