los viernes, ya de tarde, nos concentrábamos en la parte común de nuestros cuerpos, una extensión acústica y compartida siempre con la misma pastilla. (2003)
también recuerdo haberte pedido perdón. si alguna vez lo hecho de corazón, ha sido esa vez, nunca me lo perdonaré, lo siento. (2004)
perdíamos horas tirados en un parque improvisado aprendiendo sobre la vida, aprendiendo a guardar silencio y a reír a la vez, a pararse en la espalda del otro sin hacer doler, sin caer; a aguantar al otro en nuestra espalda sin dolor y sin hacer caer. (2005)
no eres de buenos aires, pero eres parte del paisaje con tu voz, esa voz y tu pálida piel, sencible; piel de niña y tus grandes lentes de sol. que te vaya bien, adiós.
No hay comentarios:
Publicar un comentario